Un nuevo organismo para impulsar la ciencia en el país
Durante abril de 2025, Claudia Sheinbaum anunció la creación de una nueva Secretaría de Ciencia y Tecnología, una propuesta que busca separar estas funciones del actual Conahcyt y darles un lugar dentro del gabinete federal. El objetivo, según la presidenta electa, es fortalecer la investigación científica, la innovación tecnológica y el desarrollo de talento nacional como ejes del próximo sexenio.
¿Qué funciones tendría la nueva secretaría?
La propuesta contempla que esta secretaría coordine las políticas de ciencia, tecnología e innovación en todo el país, incluyendo la articulación con universidades, centros de investigación y el sector privado. También absorbería algunas funciones actuales del Conahcyt, así como programas de becas, estímulos a investigadores y financiamiento a proyectos científicos estratégicos.
Reacciones divididas en la comunidad científica
La propuesta ha generado opiniones encontradas. Mientras algunos sectores aplauden que la ciencia tenga un lugar propio en el gabinete, otros critican la falta de claridad sobre el presupuesto, el alcance real de sus funciones y el posible debilitamiento del Conahcyt. Académicos también han advertido que la ciencia no puede ser utilizada como herramienta política o clientelar.
Riesgo de burocracia duplicada
Uno de los principales cuestionamientos es la posible duplicidad de funciones con otras instituciones existentes. El hecho de crear una nueva dependencia, sin haber presentado un rediseño claro del aparato gubernamental, podría generar más burocracia y mayores costos administrativos sin garantizar mejores resultados. Además, aún no se ha presentado un proyecto de ley que detalle su estructura y atribuciones.
¿Qué sigue para esta iniciativa?
El equipo de transición de Sheinbaum ha confirmado que el diseño institucional de la nueva secretaría será presentado antes de julio, con el fin de enviarlo al Congreso en el arranque del nuevo periodo legislativo. Se espera un intenso debate entre oficialismo y oposición, y el papel de la comunidad científica será clave para legitimar (o frenar) esta propuesta. El tema promete estar presente en la agenda pública durante los próximos meses.